Mirad lo que me he hecho. Ahora me ha dado por estos adornos que se cuelgan en las cómodas, tenia ganas de tener uno de estos y la necesidad agudiza el ingenio, de momento no puedo derrochar así que me fui a la mercería, que menos mal que está justo debajo de mi casa, y me fabriqué una. La verdad es que tiene mucho trabajo, sobre todo por el piquillo pero me he viciado con esto y ya me estoy haciendo otro y en mente tengo otro más. Esto de estar en paro es buenísimo para la imaginación, para el bolsillo no.